Liborio Barrera


LIBORIO BARRERA




--Los ríos son las vidas que van a dar a la mar. ¿Y en Oriente?


--Sólo he estado 40 días seguidos en China. El río elige el camino menos difícil para llegar al mar y si los ríos son nuestras vidas... ¿por qué no las complicamos tanto y aprendemos de ellos?


--¿Cómo se mira Oriente desde Occidente?


--Hay buenas relaciones con el occidente-oriente lejano; pero no ocurre lo mismo con próximo y medio oriente, y no tiene arreglo. Llevamos siglos. Paremos un poco. Mirad un río y aprended.


--¿Cómo pinta Oriente?


--Se esta despintando como occidente. En China fabrican la ropa, se la dan a una cadena de ropa española, que abre una tienda en China y vende la ropa...


--¿Cuál es su parte oriental?


--Viene de mi padre chino. Pero me dice poco más que a un español interesado en China.


--¿Qué me llevo de usted en un cuadro suyo?


--Horas de trabajo, sufrimiento-placer y algo de mi salud (polvo, disolventes, malas posturas...).


--El arte es caro, no se entiende.


--Algunos cuadros cuestan millones de euros. Algunos los valen, otros no los tendría ni cobrando.


--Yo quiero entenderle. ¿Cómo me muevo por sus cuadros?


--Quedándose quieto delante de uno, mirarlo y guardar un sitio en la memoria para recordarlo.


--¿Muchas burlas sobre Dios?


--Mientras no pasen de ser meras caricaturas. Lo malo es insultar intencionadamente a un individuo o a una comunidad e igual de malo es sentirse insultado por una caricatura.


--¿Y qué es Dios?


--Aún no lo sé. Pero si sé que no se asemeja a nosotros, ni tiene un pensamiento como el nuestro y aunque el lenguaje humano es obra suya no lo entiende. Todos formamos parte del dios y... (y 400 págs. más).


--¿Sus cuadros toman el nombre de Dios en vano?


--Lo toman quitando hierro al asunto y versionando la riqueza iconográfica de las religiones.


--Se autocrucificó en un cuadro.


--Me fascina la imagen de la crucifixión. Es cruel y bella al mismo tiempo.


--¿De qué se ríe usted?


--De todo lo que pueda. De mí primero (intentaré hacerlo en mi lecho de muerte).