
Plata Quemada
Partiendo de un realismo fantástico crepuscular ?extraña ironía negra urdida con muñecas sospechosas, moradas tétricas y otras psicopatías?, Ricard Chiang (Barcelona, 1966) termina a finales de los años noventa por perderse en unos bosques de negrura y pan de plata en los que el espectador atento alcanzará a ver alguna criatura-ideograma indefinida que le permita relacionar esta figuración cada vez más minimalista con las raíces orientales del pintor.
Y con un paisaje calcinado y aún más yermo si cabe, Río 23, Chiang ha ganado el único y prestigioso premio del XXVII Salón de Otoño de Pintura de Plasencia ?que el año que viene dará cabida también a la escultura y la fotografía?, uno de los certámenes más antiguos y mejor dotados de la península y al que se habían presentado trescientos pintores de quince países diferentes. 30.000 euros para él, pues, 33.000 para las cinco obras adquiridas (de los artistas Bárbara Stammel, Garikoitz Cuevas, Carlos Muro, Alberto Reguera y el geométrico Emilio Gañán) y una exposición, por lo demás, más bien irregular.
Por JAVIER RUBIO NOMBLOT.